viernes, 1 de junio de 2012

La espera

Un mandarín estaba enamorado de una cortesana. 

"Seré tuya, dijo ella, cuando hayas pasado cien noches esperándome sentado sobre un banco, en mi jardín, bajo mi ventana". 

Pero, en la nonagésimonovena noche, el mandarín se levanta, toma su banco bajo el brazo y se va.


De: Fragmentos de un discurso amoroso. R. Barthes.

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